El Sábado 8 de diciembre, fui de pesca con Ernesto Collín. Por increíble que parezca, las condiciones eran perfectas. Pero, tras intentarlo desde las 9 de la mañana hasta las 4 de la tarde, ni picada. Probamos todo tipo de vinilos y artificiales. Simplemente no estaban. Yo sinceramente no sabia donde meterme, que desastre. Afortunadamente sé con quien voy a pescar y si alguien sabe de pesca es este "señor". Ernesto, quien ha pescado durante muchos años y en multitud de lugares, sabe muy bien lo que es la pesca. Mientras comíamos el pincho me decía: "así es la pesca y no hay mas".
En resumen, pasamos un buen día y las lubinas no acudieron a la cita, al menos hasta que se fue Collin. Jaja.
Una vez nos despedimos me fui a tomar un café y tome la decisión de volver al atardecer. Dicho y hecho. Nada mas llegar, a la segunda varada, clavada en la misma orilla. La vi tomar el sandeel verde con todas sus ganas, practicamente bajo mis pies. Luchó y se sacudió como un demonio agitando la cabeza en superficie y rompiendo el agua como si se tratara de un gran sábalo. jeje. Que pasión tan puñetera, tras estar todo el día dando palos, va a picar cuando le salio de las agallas, por decir algo. Bueno os dejo unas fotos y un pequeño vídeo de la jornada.
Ernesto oteando la mar.
Aquí está la elementa, que será degustada apropiadamente por la familia Collin.
Es increíble o casualidad que en tan solo dos semanas saqué dos lubinas con aparejos en la boca. Uno de un pescador deportivo y este último "creo" que de un profesional. Esto demuestra que hay muchos anzuelos y pocos peces.
Un saludo y suerte.